El 30 de septiembre de 1994 el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana organizó el Congreso Internacional “Imagen Primera de una Generación: Jornadas de homenaje a Juan García Ponce”.

Juan García Ponce y la Generación de Medio Siglo (Xalapa: Universidad Veracruzana: 1998), es la publicación que guarda los trabajos de los participantes a este evento.

PRESENTACIÓN
Magda Díaz y Morales

“Quizá todo esto no es más que un pretexto. ¿Qué otra cosa puede ser la literatura sino el hallazgo del pretexto adecuado que nos permite regresar siempre al lugar en el que queremos habitar?” Son palabras de Juan García Ponce en la Introducción a su novela De Anima, aplicables al porqué el lector tiene en sus manos este volumen. La obstinada entrega de Juan García Ponce a la literatura permite explicar por sí misma el homenaje que el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana rindió en el Congreso “Imagen Primera de una Generación. Jornadas en homenaje a Juan García Ponce” en septiembre de 1994. Un homenaje a Juan –uno de los escritores más grandes y representativos de la Literatura Mexicana e Hispanoamericana, cuya obra es imprescindible para entender una época sin la cual nuestro presente cultural sería muy diferente– ameritaba el encuentro de quienes a su lado compartían la misma actitud ante la literatura: los escritores integrantes de la llamada Generación de Medio Siglo, por lo cual el presente volumen reúne los ensayos presentados en dicha ocasión.

Penetrar en el universo literario de este escritor es, como manifiesta el narrador de El libro, emprender “un viaje en el que lo importante no [es] llegar a una meta determinada, sino el camino durante el cual se van descubriendo distintas posibilidades que [salen al] encuentro”: la fascinación por la palabra y la imagen; la mirada como forma preponderante de conocimiento; las atmósferas sensuales habitadas por los delirios de la imaginación; el erotismo como replantamiento del ser; los esbozos que dicen sin decir; la realidad en la contingencia; en pocas palabras, la belleza del arte, de la creación pura que, como estéticamente expresa García Ponce, “parte en busca de su propio objeto confinada sólo en sí misma”.

Una admiración y una fascinación por la obra de este autor son los motivos que me pusieron en el camino para desear transmitir mi fervor. En este sentido, parafraseando a García Ponce, este libro surge de la literatura y se dirige a la literatura.

Por último, agradezco con emoción la carta de respuesta de Juan García Ponce cuando se enteró de este evento en su honor y, como un testimonio que mucho valoro, me permito reproducirla a continuación:

México D. F., a 30 de marzo de 1994.

Querida amiga:

¿Tengo derecho a considerarla amiga? Supongo que sí pues su constancia y dedicación a mi obra la convierte en amiga de esa obra y por tanto mía, ya que soy el escritor de esa obra poco recomendable en un sentido moral al menos. Allá usted, cada quien es responsable de sus vicios. Yo admiro los míos y veo que usted también los suyos. Vicios o no, muchas gracias por su fidelidad y muchas gracias por todas las consecuencias que ésta está teniendo. ¡Un homenaje dedicado a mí! Usted misma admitirá que esto por lo menos es sorpresivo. Yo muchas veces he declarado que escribo para encontrar los cómplices adecuados (imito en eso a Klossowski que dice lo mismo) y usted es una obvia cómplice. Muchas gracias otra vez, entre otras cosas por todo lo que esa complicidad ha provocado por su parte en términos académicos. El homenaje me complace mucho y tengo que agradecérselo. Éstas líneas no tienen más que ese propósito. Maurice Blanchot titula uno de sus libros de ensayos La amistad. Yo estoy de acuerdo con él en que, entre muchas cosas agradables, eso es lo que proporciona la literatura.

Sólo eso quería decirle. No resisto, sin embargo, la tentación de decirle otra verdad: ya no estoy de acuerdo en el orden de importancia de mis libros. Cambiaría de opinión en cada carta. No me haga caso y léalos como le de la gana. Así se debe de leer siempre. En cambio, mi amistad es invariable.

Reciba un fuerte abrazo de:

Juan García Ponce