En entrevista, Juan García Ponce confiesa las obsesiones y pasiones que han alimentado su literatura. Este año, el escritor fue reconocido con el Premio Juan Rulfo 2001, entregado ayer como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro.
¿Cuál es su idea de la muerte?
GP: Mi literatura tiene cinco temas: el erotismo, el amor, la muerte, la locura y la identidad. Podemos decir que todos estamos locos y por eso nuestra identidad es tan fuerte a estas fechas. La muerte es la nada, dejas de existir y ya. Quedan los libros. Me gustaría citar a Pavese sobre este tema. Él se suicidó. Nosotros no éramos suicidas. Pavese dijo: “En el fondo te gustaría ser recuerdo, muchos recuerdos para todos”. Y su diario es uno de los libros más importantes de nuestro siglo. Con Pavese estábamos muy unidos, considerándolo un gran escritor Tomás Segovia y yo. Melo tenía su libro Cumbres borrascosas, y José de la Colina tenía a Thomas Wolfe y Conrad. Los dos se burlaban de nuestro amor por Pavese. Hasta hay una canción que inventamos en nuestros ocios en la universidad: “Tomás Segovia y el García Ponce, hay chiquitos qué lata dan con su misterio que resplandece y su misterio que ahí está”. Ésta es una referencia a Pavese. El que mejor hacía esas cancioncitas era José Emilio Pacheco: “Comprender Chávez pretendo qué delito cometí, a Difusión no asistiendo, mas si la beca perdí ya entiendo qué delito cometí, pues no hay delito mayor que haberla perdido”. Nosotros queríamos ser escritores y que los libros aparecieran sin nombre. La literatura no es una competencia en la que se trate de ganar. Y mi constancia es la de todos los escritores. Uno siempre trata de llegar a hacerla como escritor y nunca siente que lo logra. Mientras siga viviendo voy a escribir. Cuando me muera yo seré recuerdo, si acaso. Recuerdo es Juan Vicente Melo. La prueba está en todas las veces que ha salido en nuestra
conversación. Inés Arredondo siempre será recuerdo. Lo mismo que muchos muertos.
El cuerpo
GP: El cuerpo es nuestro hábitat. En él se aloja el alma. Cuando desaparece el cuerpo, desaparece el alma. ¿Quién puede dudar que esa alma está viva? Está viva, por ejemplo, en San Juan de la Cruz o Lope de Vega. Está viva en Villaurrutia, en Jorge Cuesta. Lope de Vega, al principio de las Soledades dice: “De mis soledades voy, a mis soledades vengo, pues para andar conmigo me bastan mis pensamientos”. Ése es el papel del escritor.
La mirada
GP: La mirada es todo. Muy ejemplarmente Klossowski dice en las Leyes de la hospitalidad: “Entregar a la propia mujer a todos no es comprendido en su alto valor espiritual”. La gente cree que es voyeurismo. Ellos se lo pierden. Yo soy voyeur, en el sentido del que habla Klossowski.
La sensualidad
GP: Sin ella no existiríamos. La sensualidad hasta para la Biblia nació con Adán y Eva. Ellos tuvieron hijos y por eso existe la humanidad. Es una estupidez. Pero ni modo. Es lo que creen muchos estúpidos.
La ropa íntima
GP: Soy partidario de la ropa íntima. Para mí, las mujeres no deben usar fondo. Deben, en cambio, usar liguero siempre, calzones chicos, tacones con cinta alrededor del tobillo o correas. Y las medias sin adornos deben mostrar una parte del muslo. Jamás pantimedias, son obscenas.
La mujer
GP: Me gusta todo de la mujer. El cabello es muy importante, la frente abombada, los ojos de cualquier color, pero grandes. La boca con el labio inferior más grueso. Un cuello largo. De acuerdo con Truman Capote, en cuanto al cuello, “debe ser como de cisne”. Él decía: “Mi grupo de cisnes”. Pero todas esas mujeres de Truman Capote se le pusieron en contra, cuando escribió sobre ellas un capítulo que según él iba a ser su gran novela que nunca hizo. Sólo hizo tres capítulos. Capote era bastante mentiroso. No pudo convertir en verdad las mentiras.
Deseo
GP: Simplemente, hay que tener en cuenta que gracias al deseo se produce la materialidad. Y sin él entonces la humanidad no existiría. Pero también es legítimo el deseo por sí mismo. Por ejemplo, el deseo en los homosexuales que no termina por producir hijos, sino, simplemente, deseo. No hay ninguna diferencia entre el deseo gracias al cual nacen los hijos y el deseo que se sacia en sí mismo. Creo que cuando se tiene deseo, desde el lado heterosexual, se piensa antes que nada en ese deseo y luego vienen los hijos. Y cuando se evitan los hijos es igualmente legítimo el deseo.
Matrimonio
GP: Todos tienen derecho a estar casados. Siempre y cuando también se pueda ser casado varias veces y se tenga el deseo fuera del matrimonio. Por eso en Holanda, que es muy adelantada en ese sentido, ya se permite el matrimonio entre homosexuales. Ojalá todo el mundo lo imitara. Eso es precisamente lo que escandaliza al Papa y a tantos católicos reaccionarios.
Parques
GP: Los parques me gustan por sí mismos y porque en mi época su soledad y su tamaño hacían al Parque México un parque donde se podían cometer actos inmorales. Hacía todo tipo de inmoralidades con la que luego fue mi primera mujer. Y seguí haciendo inmoralidades con la que luego fue mi segunda mujer. Eran las partes en las que uno se podía esconder. Recuerdo especialmente una planta baja en la que se podía estar como si fuese una cueva. Y un día un policía secreto nos cachó. Pero como la mayor parte de la policía era venal, todo terminó en que le di una “mordida” y tuve que consolar mucho a mi novia, porque además la pobre tenía mucha vergüenza. Lo que hay que evitar es eso de tener vergüenza, porque vergüenza o no mi novia seguía practicando esos actos conmigo. Recuerdo como un sitio fabuloso el café Rienzi, que luego, señal de nuestro tiempo, se convirtió en una asquerosa tamalería. Estaba al lado del Parque México, en la calle de Sonora. Viví en muchos lados de la Colonia Hipódromo. El primero, que fue cuando llegué a México, fue en la calle de Cholula, frente a la cual pasaban en dos sentidos los camiones Santa María, Roma y anexas. Luego en la calle de Ensenada y Sonora. También fui mucho a los edificios Condesa, donde vivían muchos amigos y también uno de sus primeros inquilinos de mi tía Cucú, que pagaba 15 pesos de renta.
Arte
GP: El arte también conduce a la justicia. Picasso hizo que el Guernica hablara a favor de la República española y contra la intervención de los alemanes, que destruyeron Guernica bombardeándolo. Es bellísimo. La anécdota que cuenta cuando los alemanes estaban en París y fueron a su estudio donde le preguntaron: “¿Quién hizo esto?”, en referencia al cuadro; y él contestó: “Ustedes”. Eso no quita que antes que nada Picasso fuese pintor y su valor como artista descansa en el valor de sus opiniones políticas. Ojalá y yo pudiese ser tan buen artista como Picasso. Pero como es poco probable que lo sea, al menos aprovecho las entrevistas sobre arte para dar mis opiniones políticas. Creo que el poder envilece. Hay que ser siempre un derrotado como Zapata.
Quiero pasar como un hijo de puta en el sentido auténtico del insulto, como “hijo de puta”.
Yo, como Gide, soy de los que están de parte de los vomitados, no de los que vomitan.
Marginado
GP: No soy un autor peligroso. Soy inofensivo. Es una respuesta a propósito del Corydon. Es su defensa de su homosexualidad en una época en la que se atacaba mucho la homosexualidad. Es igual que yo diga ante cierta gente que estoy de parte de los homosexuales y jamás me ocuparía de aclarar que no soy homosexual. Y, sin embargo, si alguien opina contra los homosexuales yo estoy con ellos, quiero decir, con los homosexuales. En México, precisamente acaba de haber un desfile de homosexuales: bravo por el valor de los que participaron. Muchos amigos míos son homosexuales y ni siquiera pensábamos en eso. Lo importante son los conocimientos o que sean divertidos. Yo recuerdo una fiesta en casa de Manuel Felguérez en la que un homosexual, cuyo nombre me callo, se desnudó y yo bailé con él.